En pleno 2025, las relaciones modernas conviven con un fenómeno que sorprende a muchos: cada vez más parejas eligen roles tradicionales. Mientras algunas voces promueven la igualdad de tareas, crece el número de hombres y mujeres que recuperan el modelo familiar clásico, donde el padre provee y la madre se dedica principalmente al hogar y a los hijos. Esta tendencia, visible en las redes sociales y en estudios de opinión, responde a factores económicos, culturales y personales. Diversas fuentes señalan que el retorno a la familia tradicional no es simple nostalgia; es una respuesta a la insatisfacción laboral, a la crisis de identidad masculina y a la búsqueda de estabilidad para los hijos. En las siguientes secciones exploraremos por qué las parejas modernas optan por roles tradicionales en las parejas, qué implica esta decisión y cómo se expresa una masculinidad responsable en el hogar y la sociedad.
El resurgimiento de la familia tradicional
¿Qué entendemos por roles tradicionales?
Hablar de roles tradicionales en las parejas implica que el hombre asume el papel de proveedor económico y la mujer se centra en el cuidado del hogar y de los hijos. Así lo refleja un reportaje de La Tercera, donde describe la visión conservadora en la que los maridos trabajan para mantener a la familia mientras las esposas son amas de casa y madres. Este modelo, vigente durante gran parte del siglo XX, se basa en la complementariedad de roles: cada miembro cumple una función diferente pero igualmente valiosa, lo que aporta equilibrio y estabilidad a la familia.
La tendencia tradwife en las redes sociales
Las redes sociales han sido un espacio clave para la difusión de este fenómeno. El concepto “tradwife” —contracción de traditional wife— agrupa a mujeres que comparten su vida como amas de casa en TikTok e Instagram. Sus contenidos muestran a esposas jóvenes que hacen la comida para sus maridos, mantienen el hogar impecable y disfrutan de la crianza; además exaltan la figura del hombre como proveedor.
Artículos de análisis señalan que muchas de estas creadoras encuentran patrocinio y aprobación porque proyectan un retorno a la década de 1950 y reivindican el papel de la mujer en la esfera doméstica.
En el ámbito hispano, la tendencia ha tenido eco: reportajes describen escenas idílicas de “esposas tradicionales” vestidas con delantales y vestidos vintage que esperan a sus maridos con la cena lista.
Razones del retorno a los roles tradicionales
1.- Insatisfacción laboral y búsqueda de calidad de vida.
La periodista Viviana Meza explica que muchas jóvenes optan por ser amas de casa porque encuentran su trabajo actual insatisfactorio: salarios bajos, largas jornadas y poca conciliación. Al quedarse en casa, dicen encontrar plenitud y propósito. Esta visión también se plasma en los testimonios de mujeres que abandonan su carrera para dedicarse a la crianza, argumentando que prefieren un entorno donde se sientan valoradas por su pareja y sus hijos.
2.- Crisis económica y necesidad de doble ingreso.
Paradójicamente, muchos defensores de la familia tradicional reconocen que el alto costo de la vida dificulta poner en práctica este modelo. Una investigación publicada en La Tercera recoge testimonios de personas que consideran que la economía ha socavado las familias tradicionales: los precios de la vivienda y los gastos cotidianos obligan a que tanto hombres como mujeres trabajen fuera de casa. Aun así, esas parejas desean una estructura en la que el esposo sea el principal proveedor y buscan estrategias para acercarse a ese ideal.
3.- Desencanto con el discurso igualitario.
Muchas parejas perciben que la igualdad total en las tareas ha generado confusión y cargas dobles para ambos. Algunas mujeres, influenciadas por la cultura tradwife, sostienen que la exigencia de ser exitosas profesionalmente y excelentes madres al mismo tiempo es incompatible con su bienestar. Al elegir los roles tradicionales, estas mujeres sienten que recuperan un sentido de identidad y de propósito, mientras los hombres vuelven a adoptar con orgullo el rol de líderes y protectores.
Complementariedad de roles: ventajas para la familia
Estabilidad emocional y roles definidos
Cuando cada miembro sabe cuál es su responsabilidad principal, se reducen los conflictos sobre quién debe hacer qué. Las amas de casa tradicionales argumentan que la claridad de funciones fortalece la relación de pareja y permite que ambos se dediquen con excelencia a sus tareas.
Un psicoanalista citado en un reportaje universitario recuerda que los deseos de las personas se construyen en un contexto social y familiar, pero subraya que es importante que estas elecciones sean genuinas: una mujer debe elegir libremente ser ama de casa y el hombre debe asumir su papel de proveedor con vocación de servicio, no por imposición.
Atención dedicada a los hijos
El cuidado continuo de los hijos por parte de la madre facilita un ambiente más calmado y cercano. Las tradwives destacan que estar presentes en cada etapa del desarrollo de sus hijos les permite transmitir valores y asegurarse de que crezcan en un entorno seguro.
Esta atención no sustituye la presencia del padre: estudios muestran que un padre implicado mejora el desarrollo cognitivo y emocional de los hijos, pues la paternidad responsable incluye jugar, enseñar y guiar. La presencia constante de ambos padres en funciones complementarias crea un entorno equilibrado donde los niños perciben fortaleza y ternura.
Reducción del estrés y reforzamiento de la identidad masculina
Los hombres que asumen el rol de proveedor y líder suelen experimentar un sentido de propósito y control sobre su familia. Según testimonios recogidos en La Tercera, algunos hombres jóvenes se quejan de que las funciones de marido y padre ya no se valoran ni se priorizan.
. Este desencanto, sumado a la percepción de pérdida de masculinidad, impulsa a muchos a reivindicar su papel tradicional y a ofrecer estabilidad económica y protección. A su vez, las mujeres valoran tener un esposo que toma decisiones importantes y las respalda económicamente.
Tiempo y energía para la comunidad
Al tener roles definidos, la familia dispone de tiempo para servir a la comunidad y participar en la vida religiosa o vecinal. A muchas tradwives les inspira la idea de ser un apoyo social para otros, cocinando para la comunidad o coordinando actividades solidarias. Los esposos, al ser la fuente principal de ingreso, pueden participar en organizaciones de padres o asociaciones civiles para promover el liderazgo masculino positivo.
Historias que inspiran
Ivy Van Dusen: normalidad en la tradición
La estadounidense Ivy Van Dusen se hizo viral al compartir su vida como tradwife. En un vídeo a sus 123 000 seguidores explicó que su estilo de vida no es una moda; lo considera “el estilo de vida más antiguo” y recordó que las esposas tradicionales son normales.
. Ivy cuenta con el apoyo de su marido para que, si algún día desea trabajar, pueda hacerlo. Sin embargo, ella misma reconoce que prefiere dejar las decisiones importantes a su esposo y enfocarse en la crianza y el hogar. Su testimonio ilustra cómo algunas parejas ven los roles tradicionales como una elección consciente y mutuamente respetada.
Tradwives en Latinoamérica
Aunque el fenómeno surge en países anglosajones, en América Latina también existen ejemplos de parejas que valoran la complementariedad de roles. Algunos blogs de paternidad y maternidad, como los que promueven la masculinidad responsable, enseñan que el hombre debe ser protector y proveedor mientras la mujer se centra en la crianza. Estas comunidades resaltan que no se trata de restringir a la mujer, sino de reconocer sus habilidades naturales para la maternidad y el hogar, y de exaltar la responsabilidad masculina.
El liderazgo masculino en la Iglesia y la sociedad
Líderes religiosos y comentaristas sociales argumentan que el liderazgo masculino es esencial para restaurar la familia natural. El Centro para el Liderazgo Bautista en Estados Unidos, por ejemplo, promueve que solo los hombres sirvan como pastores para preservar la estructura familiar conservadora.
Aunque controvertida para algunos, esta postura se basa en la convicción de que el hombre tiene una responsabilidad innata de guiar espiritualmente a su familia y comunidad. Los defensores de este enfoque insisten en que la dirección masculina debe ejercerse con amor, sacrificio y servicio, no con autoritarismo.
Críticas y respuestas desde la familia tradicional
¿Es el feminismo una amenaza?
Muchos críticos del feminismo radical consideran que este movimiento ha promovido una visión en la que la maternidad y el cuidado del hogar son tareas menospreciadas. La “igualdad total” traducida en prácticas laborales ha llevado a que mujeres y hombres estén agotados, sin tiempo para la familia ni la comunidad.
No obstante, algunos artículos aclaran que ser ama de casa no es necesariamente una postura retrógrada, sino una opción válida entre varias. De hecho, la verdadera libertad radica en poder elegir entre diversos caminos sin ser juzgado.
El peligro de politizar la familia
Analistas advierten que, si bien la tendencia tradwife está presente en redes sociales, algunos grupos políticos utilizan el discurso de los roles tradicionales para fines ideológicos. El resurgimiento de partidos de extrema derecha en diversos países ha servido de paraguas para visiones patriarcales y supremacistas.
Los defensores de la familia tradicional deben diferenciar entre la sana complementariedad de roles y los discursos de odio que aprovechan el fenómeno para atacar a otros colectivos. La clave está en defender los valores familiares sin caer en la discriminación.
Economía y accesibilidad
Como vimos, la economía es un factor clave que limita a muchas parejas para vivir de un solo ingreso. Es necesario abordar políticas públicas que faciliten que uno de los cónyuges pueda dedicarse a la crianza sin poner en riesgo el bienestar financiero.
Algunas propuestas incluyen incentivos fiscales para familias con un proveedor principal, programas de apoyo a madres en casa y planes de vivienda accesible. Así se permitiría que más parejas que deseen roles tradicionales puedan adoptarlos con estabilidad.
¿Se puede encontrar un punto medio?
Las relaciones modernas atraviesan un momento de reflexión: ¿es posible combinar las aspiraciones individuales con la estabilidad de la familia tradicional?. La respuesta pasa por revalorizar los roles complementarios sin imponerlos.
La evidencia muestra que muchas parejas encuentran satisfacción en el modelo clásico porque les da claridad, estabilidad y propósito. Al mismo tiempo, no todas las mujeres quieren ser amas de casa, y no todos los hombres desean ser los únicos proveedores; por ello, la clave reside en la libertad de elegir y en la responsabilidad de cada hombre para liderar con amor y sacrificio.
Reforzar la familia como núcleo de la sociedad implica respetar las decisiones de cada pareja y crear condiciones donde puedan prosperar. Los roles naturales de hombre y mujer se complementan para criar hijos equilibrados y construir comunidades fuertes. Promover la masculinidad responsable, el liderazgo paternal y la maternidad dedicada no significa excluir a quienes optan por caminos diferentes, sino reconocer que la diversidad de modelos puede coexistir siempre que se mantenga el respeto y la unión familiar.
La vuelta a los roles tradicionales no es un retroceso sino una opción legítima para quienes buscan estabilidad y propósito en una época de cambios. La sociedad contemporánea debe ofrecer el espacio para que estas parejas florezcan, recordando que la verdadera igualdad reside en la posibilidad de elegir y en la valoración de las diferencias naturales entre hombre y mujer.